En estos últimos días sólo basta encender la televisión, la radio o leer la prensa para darse cuenta de que se habla sin descanso acerca de una reforma de la Constitución que tiene como fin limitar el déficit existente en la economía española.
Pues bien, esta reforma se ha ido gestando teniendo en cuenta que la Constitución no debería considerarse, en algunos aspectos, como algo “intocable”, y es que los tiempos cambian, y hay que saber reaccionar ante estos cambios; nos convertiríamos en ciegos si no distinguimos la evolución de un país como España y su entorno desde 1978 hasta ahora.
Así pues ha llegado el momento de hacerlo; esta crisis que aun sobrevuela entre nosotros está siendo demasiado voraz con la economía mundial, y en España hemos llegado al punto en el que no se puede gastar más de lo que no se tiene, de ahí que las Administraciones Públicas han de ser ejemplo de una estabilidad económica y presupuestaria que se persigue con dicha reforma.
Esta medida tomada, consistente en implantar un nuevo principio constitucional para ayudar a la economía española, se debe básicamente a dos problemas que estamos viviendo:
- Intentar acabar con la deuda e intereses acumulados por España y otros países europeos, debido a los esfuerzos económicos que se han ido realizando para paliar esta crisis y sus efectos.
- España tiene que lanzar al mundo un mensaje fuerte de solvencia y confianza: de ahí que esta reforma no sólo sea necesaria sino también urgente.
Esta medida viene de la mano de una ley orgánica que establece sin paliativos que los ayuntamientos (como otra Admón. Publica más) tienen que tener equilibrio presupuestario entre ingresos y gastos, es decir, nada de déficits desorbitados, algo que garantizará, sin duda, que los servicios públicos esenciales sean sostenibles a largo plazo.
Estos son los motivos y las consecuencias que se buscan con una reforma de esta índole. Por ello el Partido Socialista trabaja barajando soluciones, simplemente buscando el fin de esta crisis y buscando lo mejor para el país.
1 comentario:
Me parece que es muy oportuno poner un techo al gasto público.No se puede gastar lo que no tenemos.Y no debemos confundir nunca estado del bienestar con despilfarro,como creo que hemos entendido hasta ahora.
Creo que es una medida mas, que seguro no se hace por capricho.Y trambien creo no es momento de sindicalismo radical ni extremismos,sino momento de salvar un momento crucial y muy delicado,sin precedentes en la economia de nuestra era moderna.
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