martes, 20 de noviembre de 2012

UN AÑO DE DESPROPÓSITOS

Se acaba de cumplir el primer aniversario desde que el PP volviese al gobierno, allá por noviembre del pasado año. Un solo año, aunque parezca que haya transcurrido un siglo debido a las innumerables decisiones de dudosa eficacia que Rajoy y su gabinete han ido tomando. 365 días llenos de promesas incumplidas y de recortes no anunciados que han dejado el programa electoral del PP en simple papel mojado. Rajoy, un presidente, que se ha acostumbrado a gobernar a golpe de decreto-ley, ignorando cualquier tipo de acuerdo o enmienda de la oposición.

Rajoy repetía por activa y por pasiva que nada de subir impuestos, que eso era “el sablazo del mal gobernante”; la primera decisión que tomó como presidente fue anunciar la subida del IRPF, y poco después ese sablazo se tradujo en una subida de todos los tipos porcentuales del IVA. La sanidad ya no es universal, excluyendo a inmigrantes y mayores de 26 que no hayan cotizado; repago farmacéutico y sanitario. Cientos de miles de españoles perdieron de un plumazo su acceso a la dependencia, ley que está siendo denostada. Una reforma laboral totalmente contraproducente: en vez de menos desempleo, mes a mes se va engrosando las listas del paro, debido, entre otras cosas, a que los empresarios tienen las manos libres para “romper contratos”; a esto hay que sumarle que las coberturas a desempleados han menguado considerablemente. Hoy en día estudiar una carrera en España es bastante más caro que hace un año, además de recortar en docentes por lo que las aulas están cada vez más abarrotadas y las salas de profesores más vacías. Los funcionarios se encuentran “congelados y recortados”. Con el PP en el gobierno los bancos han recibido todas las ayudas posibles, mientras las personas han quedado en un segundo plano.

De un año hacia aquí, las calles se han llenado de protestas un día sí y otro también, huelgas generales a parte, y es que Rajoy ha conseguido indignar a jóvenes, mayores, parados, ocupados, pensionistas, padres, madres y un largo etcétera de españoles. Así pues, “la varita mágica” del PP sigue sin surtir efecto tras un año de despropósitos, situándonos incluso en una situación peor de lo que cualquiera podía imaginar.

De la euforia de hace un año...
... a la preocupación actual por el empeoramiento del país.



















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