domingo, 28 de abril de 2013

LA MENTIRA SE ACABÓ: SÓLO QUEDA REZAR


La varita mágica, de la que el PP alardeaba cuando ganó las elecciones generales de 2011, se ha esfumado de un plumazo. No valen más excusas; ya no vale hablar de herencias recibidas, tampoco de Alemania.

Esta semana hemos recibido el estremecedor dato del paro: más de 6 millones de españoles en la calle. Y sin vistas de mejora alguna. También esta semana las previsiones económicas sobre nuestro país, que han realizado organismos internacionales como el FMI, muestran un futuro nada alentador, desmontando así el discurso optimista del gobierno. Y ya que hablamos del gobierno, ¿qué medidas ha adoptado ante estos datos? La respuesta es clara: NINGUNA. LA DECISIÓN DEL EJECUTIVO DE RAJOY HA SIDO LA DE BAJAR LOS BRAZOS; “que sea lo que Dios quiera.”

No hay más ciego que el que no quiere ver, y Rajoy debe estarlo mucho porque por más que sus recortes no surten efecto, si no todo lo contrario, el presidente se muestra firme diciendo que las política del PP seguirá siendo la misma y no se prevé cambio alguno. Para muestra un botón: la reforma laboral sigue destruyendo empleo pero..., según Rajoy, ahí seguirá.

La legislatura acaba en 2015,  y el discurso del PP es “que todo está muy mal y nada va a mejorar, en todo caso empeorar”. Ahora me acuerdo yo de ese programa electoral que nos iba a salvar de la crisis. MENTIRA.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una papeleta del PP “es como si tuviéramos un proyecto de contrato de trabajo”, aseguró la secretaria general de la formación, Dolores de Cospedal, antes de las elecciones

Anónimo dijo...

El déficit público en 2011 llegó al 9,4% pero en 2012 alcanzó el 10,6% (incluidas las ayudas a la banca). En nombre del déficit, el Gobierno de Mariano Rajoy planteó y ejecutó recortes, austeridad y la reforma laboral que ha mediado entre más de cuatro millones de parados de 2011 y los más de seis millones, registrados ayer.

La herencia recibida es el recurso al que los ministros del Ejecutivo de Mariano Rajoy aluden continuamente cuando se les echan en cara los datos que reflejan la crudeza de la crisis. “Las previsiones no son quinielas, son objetivos de política económica que deben cumplirse, y de hecho vamos a cambiar estas previsiones”, señaló Rajoy hace poco más de un mes, momento en el que admitió que sus políticas no van a cumplir las expectativas creadas. Los malos datos se acumulan. La caída del Producto Interior Bruto (PIB) de este año se situará entre el 1 y el 1,5%, lo que duplica la previsión oficial del Gobierno, situada en el 0,5%. Esperaba una leve caída pero el batacazo será más sonado, parecido al del año anterior, algo que la mayoría de instituciones internacionales vaticinaba (CE, FMI, OCDE) pero que el Gobierno mantuvo, quizá, a favor de la confianza a la que tanto fio durante la campaña electoral.